Al hablar de alquimia espiritual estamos haciendo referencia a un tipo de perspectiva que se centra en una sustancia que es la encargada de permitirnos en convertir, tanto las carencias como las dificultades, en aportes para nosotros que sean constructivos para nuestras vidas.
¿Qué quiere decir esto? Para que lo entiendas mejor, imagínate que, desde hace tiempo, te ronda por la cabeza una fantasía que puede catalogarse de peligrosa. ¿Qué sería peligrosa? Dentro del buen sentido de la palabra, habitualmente, los seres humanos estamos destinados a trabajar para que podamos tener una vida mejor, sin problemas. También nos educan para evitar hechos que pueden ser dolorosos o incluso vivir sin apenas contradicciones. ¿Es esto la realidad?
Realmente no todo es de color de rosa. Por lo tanto, en la medida de lo posible, lo que estaríamos haciendo es vivir una fantasía que podría catalogarse de medio utópica, ya que la vida perfecta tal y como nuestra mente puede concebir, no existe. Es aquí donde entra en juego el concepto de alquimia espiritual, que serían aquellos hechos que sí son posibles.
¿Qué es la alquimia espiritual?
Un poco de historia
Lo cierto es que este concepto tiene un sentido más bien metafórico. Si nos remontamos tiempo atrás, podemos darnos cuenta de que los alquimistas, en realidad, eran investigadores que se dedicaban a buscar la técnica o el método a través del cual se pudiera transformar el plomo en oro. En este sentido metafórico, lo que quiere decir es que, estas personas, querían hacer que, algo que tuviera poco valor, finalmente si fuera muy valioso.
Por aquellos entonces, los alquimistas pensaban que esta transformación se podía hacer realidad utilizando la conocida como piedra filosofal. ¿Qué es esto? Pues otra fantasía, sin embargo, es un concepto a través del cual se puede entender mejor la alquimia espiritual. En este caso, el proceso se cataloga de simbólico, puesto que estos investigadores pensaban que sí se podía realizar, ya que todo estaba en la mente.
¿Por qué el plomo?
Como todo dentro de este proceso, el plomo es otro concepto metafórico y simbólico. Volvemos a retomar la idea anterior, en la que nuestra mente proyecta un estilo de vida perfecto, sin complicaciones, es decir, algo que no es real. Como se trata de una idea utópica, a la hora de vivir la realidad te das cuenta de que tenemos problemas y contradicciones, y es aquí donde entra en acción la alquimia.
Sin duda alguna, esa proyección de vida perfecta es un autoengaño, a lo largo de nuestra vida, desde el nacimiento, estamos destinados a enfrentarnos a situaciones complicadas. Por ejemplo, dolor físico, dolor emocional, pérdidas, enfermedades o la muerte. Todas estas situaciones se enmarcarían dentro del concepto de plomo.
¿Qué es la piedra filosofal?
Ya te lo hemos comentado, es el elemento a través del cual tenemos la posibilidad de transformar el plomo en oro o, lo que es lo mismo, cambiar nuestras situaciones complicadas por ideas y percepciones perfectas, teniendo en cuenta que la piedra filosofal existe únicamente en nuestra mente. Así, hacemos uso de un elemento metafórico para interpretar la realidad.
Como es lógico, todas las personas nos exponemos a situaciones problemáticas, como el dolor, el rechazo, el desamor… La diferencia radica en la manera que tenemos y en nuestras capacidades, para utilizar esas experiencias negativas y convertirlas en constructivas.
Las claves principales del proceso
La alquimia espiritual presenta tres claves principales que son la base del proceso. ¿Cuáles son?
La palabra justa
Las palabras se presentan como unos elementos fundamentales para recorrer ese camino espiritual; es decir, el cómo las utilizamos para llegar a nuestra meta final. Estamos haciendo referencia al uso de las palabras, a la creación de frases, a la entonación que utilizamos…
Si te inicias en esta práctica, en primer lugar debes observar adecuadamente qué es lo que dice, cómo le da sentido a sus frases, las palabras que más utiliza y, sobre todo, la entonación que escoge en cada momento. Todo ello quiere decir que, la observación, es la principal clave en la que se puede sustentar el cambio de las personas.
La respiración
Se trata de otro aspecto importante en la alquimia: saber respirar adecuadamente y conocer en qué momento hay que hacerlo, así puedes transformar tu interior. A través de la respiración, podemos transformar pensamientos y emociones.
La respiración es fundamental dentro de este proceso debido a que la alquimia considera que el aire es un elemento de gran potencia, puesto que ayuda a movilizar las energías de nuestro cuerpo y es capaz de encender ese fuego que creíamos apagado, siempre hablando en sentido metafórico.
La alimentación
Es la última clave de la alquimia espiritual, teniendo en cuenta que la alimentación debe ser natural, para poder producir el cambio. Debes hacer uso de dietas equilibradas y especiales para aportar más energía a tu cuerpo, tanto en sentido físico como psicológico. Recuerda que existen algunos alimentos que hacen bien al espíritu.
Además, hay que tener en cuenta que, al igual que es importante saber lo que comemos, también es fundamental reconocer el momento en el que lo hacemos y cómo comemos. Todo ello quiere decir que las personas debemos saber elegir bien los alimentos, teniendo en cuenta que la alimentación está muy relacionada con la cultura y pueden surgir dificultades.
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