¿Nunca te has preguntado cómo funcionan las leyes que rigen el universo? Tal vez encuentres la respuesta si completas una detenida lectura del Kybalion. Este documento de 1908 cuya autoría se atribuye a Los Tres Iniciados, un grupo anónimo de personas, resume lo que conocemos como los 7 principios herméticos.
Nos referimos a una doctrina religiosa y filosófica que se remonta a los siglos I y II después de Cristo. Ten presente que se corresponde con una serie de creencias que aún se practican hoy en día. Hermes Trimegisto (el tres veces grande) se considera el padre del hermetismo.
Kybalion: los 7 principios herméticos
Los orígenes místicos de Hermes Trimegisto
Su existencia está asociada a una figura arquetípica más que a un personaje histórico real. Es una mezcla de deidades de logias ocultistas, un alquimista místico e incluso un sabio elevado a divinidad en la antigua Grecia gracias a su gran conocimiento.
Se le asocia a un sincretismo del dios egipcio Dyehuty (Thoth, en griego) y el heleno Hermes. También se dice que vivió en Egipto en la época de los faraones e, incluso, llegó a ser guía de Abraham. Algunos pensadores medievales lo consideraron un profeta pagano que anunció la llegada del Cristianismo.
Se argumenta que fue, igualmente, un estudioso de la alquimia y el autor de la Tabla Esmeralda, traducida del latín por Isaac Newton. Hermes Trimegisto está considerado como el escritor del Corpus Hermeticum, una colección de 24 textos sagrados que contienen los principales axiomas metafísicos en los que se basa el hermetismo.
Axiomas fundamentales en los que se basa el hermetismo
Comentamos a continuación esos 7 principios de los que te hablamos, los cuales se resumen en el Kybalion. Ten en cuenta que tratan de dar respuesta a preguntas como la salida del hombre del Paraíso, el surgimiento del Cosmos, la naturaleza de lo divino o qué significan los conceptos belleza, bien y verdad.
1. Mentalismo: «Todo es mente, el universo es mental»
Todo lo sensible a tus sentidos es espíritu. El universo en sí mismo es una especie de mente viva, infinita y universal. Por tanto, cada acción, manifestación, apariencia o pensamiento es una interacción entre distintos aspectos de lo mental. Todas las personas están conectadas entre sí y, una vez lo interiorizas, puedes dar forma a tu propia realidad a través de tus pensamientos. Por tanto, si piensas en lo correcto, harás lo correcto.
2. Correspondencia: «Como arriba, así abajo; como abajo, así arriba»
Entre los planos mental, físico y espiritual hay vínculos constantes, una especie de sintonía. Por tanto, para entender ciertos patrones en tu vida debes contemplar todos los aspectos. Trata de argumentar que existe una influencia recíproca entre el ser humano y la naturaleza. También, entre tu mundo interior y tus experiencias cotidianas. Así que todo lo que hagas en cualquiera de los planos afectará irremediablemente al otro.
3. Vibración: «Nada descansa, todo se mueve, todo vibra»
Todo gira en torno a los estados vibratorios y todo tiene su propia y única energía, en absolutamente todos los planos de la existencia. También tus pensamientos, tus deseos, tus impulsos o tus emociones. Si estás alegre es por una vibración positiva y, si estás triste, por una negativa.
4. Polaridad: «Todo es dual, todo tiene dos polos»
Este axioma habla de que todo en la vida tiene su opuesto; la polaridad es lo que mantiene su ritmo. Cualquier fenómeno puede manifestarse también en su forma contraria. Amor y odio, vida y muerte, bien y mal, alegría y tristeza, valor y miedo, vigilia y sueño, luz y oscuridad… Por tanto, es factible cambiar algo no deseable a su condición opuesta, neutralizarlo. Los extremos se tocan, los polos se atraen.
5. Ritmo: «Todo fluye y refluye, avanza y retrocede, asciende y desciende«
La gran lección que puedes sacar de este principio es que todo está en constante movimiento y que hay un patrón para cada cambio que experimentas en tu día a día. Nada es permanente y todo pasa por ciclos. Solamente tienes el presente, así que experimenta y aprende lo que puedas.
6. Causa y efecto: «Cada causa tiene su efecto, cada efecto tiene su causa»
Todas las experiencias de tu vida están relacionadas con otros eventos, cada una de tus acciones instiga una reacción. La magnitud de un efecto equivale a la de la causa que lo generó. Este axioma actúa sobre todos los planos y descarta la existencia de la suerte o el azar. Te anima a convertirte en un agente activo, ya que eres tú el encargado de labrar tu propia vida.
7. Género: «Todo tiene su masculino y su femenino»
Para finalizar, el último de los principios que recoge el Kybalion argumenta que lo masculino y femenino puede encontrarse en todo, no solamente en animales y personas. Lo masculino es lo generador y lo femenino lo concebidor. Está presente en todos los planos: físico, emocional, mental y espiritual.
Deja una respuesta