A menudo empezamos el día con las mejores intenciones… y luego nos vemos atrapados en una cadena de trabajo, mensajes, abrir pestañas del navegador, comprobar cosas, responder al correo electrónico… y pronto ha pasado el día y nos preguntamos qué hemos hecho con el día.
… y pronto el día ha pasado y nos preguntamos qué hemos hecho con el día.
Hay una práctica sencilla que puede cambiar eso de manera enorme: el Ritual Intersticial.
Es muy sencillo:
Cuando termines con una tarea (o un correo electrónico, un mensaje, la lectura de algo)… haz una pausa. No pases inmediatamente a la siguiente pestaña o mensaje.
Respira. Observa dónde estás, cómo te sientes, qué hay a tu alrededor.
Anota lo que acabas de terminar, si se trata de una tarea. En mi caso, tengo una lista de «Hoy» y otra de «Hecho», y simplemente añado la última tarea a mi lista de «Hecho» y la quito de la lista de «Hoy».
¡Celébralo! Refuerza tu logro dando las gracias.
Ahora respira de nuevo. ¿Qué quieres hacer a continuación? Puede ser otra tarea de la lista «Hoy», puede ser responder al siguiente correo electrónico de tu bandeja de entrada, o puede ser tomarte un descanso, beber agua, dar un paseo, estirarte.
Establece esa intención y ponte a ello.
Es así de sencillo. Una pausa, un poco de atención, escribir lo que acabas de hacer, y luego considerar lo que quieres hacer a continuación.
Te prometo que esto aportará mucha más intención, atención y concentración a tu día. Incluso puede que consigas hacer cosas importantes.
El truco está en recordar. ¿Cómo te acordarás de hacer este ritual después de cada tarea?
¿Y cómo de poderoso sería para ti hacer este cambio?
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