Las supersticiones forman parte de la historia del ser humano. Siempre han existido y se han relacionado directamente con la magia. Algunas de estas siguen vivas, a pesar de que mucha gente no tiene consciencia de su origen. Simplemente, nos limitamos a repetir pequeñas acciones pensando que así vamos a protegernos del mal que puede llegar a acecharnos.
Si eres de las que al ver un gato negro se espantan, pensando en que puede darse en tu vida un mal augurio; si cuando ves una escalera en tu camino, antes de pasar por debajo de ella decides rodearla, teniendo en tu mente la mala suerte por designio; o si tratas con cuidado los espejos de tu casa porque te dijeron que si se rompen podrías tener siete años horribles después, te interesará conocer el sentido de nuestras supersticiones.
Lo que nos hace ser supersticiosos
De alguna manera, el ser humano siente que vive en un mundo mágico, donde la fortuna puede cambiarle de la noche a la mañana. Pero a los adultos, a veces por vergüenza, no nos gusta admitir que somos supersticiosos, a pesar de que no quitamos el dedo del renglón a la hora de llevar a cabo ciertas conductas repetitivas.
El hábito se ha convertido en la mayoría de las personas en algo necesario. Romper con este puede suponer un conflicto interno y, en ocasiones, supersticioso. Toda la vida han existido creencias mágicas, como la idea de la fortuna por encontrarse un trébol de cuatro hojas. La historia del trébol es muy antigua. Se dice que Eva se llevó uno consigo cuando la expulsaron del Paraíso. Los druidas ingleses creían que con él podían distinguir a los demonios. Por eso, encontrarte con un trébol simboliza la buena suerte.
¿Qué tienen los espejos que nos imponen tanto? El espejo era un objeto muy poderoso de adivinación o, al menos, como tal se tenía en la Antigüedad. Cuando se rompía, este mostraba un futuro horrible, del que solo podíamos reponernos después de siete años. Es normal que veamos películas y dibujos animados donde el espejo funciona como un ente de adivinación; de ahí proviene esta superstición.
¿Por qué decimos «Jesús» o «salud» cuando alguien estornuda? Esto también tiene que ver con la superstición. Antiguamente, el estornudo era una señal de enfermedad. Debido a que no existían los adelantos médicos que hoy conocemos, que una persona estornudara significaba el inicio de una infección que podía ser fatal. Otras supersticiones relacionan el estornudo con la posesión demoníaca. En ambos casos, decir por ejemplo «Jesús» era una forma de rogar a Dios por la buena salud, tanto física como espiritual, del enfermo.
Martes y trece es una asociación aterradora para muchos supersticiosos, que intentan no salir de casa con tal de evitar que les suceda algo malo fuera. Aunque no terminan de estar nerviosos, aun dentro de su hogar, hasta que no transcurre el día. El trece es asociado al número de comensales reunidos en la Última Cena, en la que Jesucristo termina por ser traicionado por Judas Iscariote. En cuanto al martes, existen diferencias entre un país y otro. En España, el martes es el temido, mientras que en los países anglosajones, el temor es por el viernes trece, por ser ese el día de la semana en que murió Jesús.
¿Se te erizan los pelos cuando se te cae la sal? Si tienes esta superstición, tienes que saber que el origen de la misma se remonta al 3.500 a. C. La sal se consideraba un producto de pureza y también símbolo de amistad. Derramarla implicaba una ruptura irremediable y, de algún modo, para romper este infortunio se echaba un poco de este polvo blanco sobre el hombro izquierdo.
Abrir un paraguas dentro de casa sigue viéndose como una acción de mala suerte. Aunque esta superstición no tiene mucha antigüedad, encierra un sentido de doble protección, por ser el hogar una defensa para el individuo, al mismo tiempo que el paraguas nos protege de la lluvia. Activar ambas protecciones produce un efecto negativo en la persona, augurándose su pronta muerte si abre el paraguas sobre su cabeza dentro de la casa. Y tú, ¿alguna vez lo abriste?
Ver a la novia antes de la boda sigue siendo una superstición que muchas parejas mantienen y llevan a rajatabla. Se entendía que verla antes de tiempo suponía adelantarse a acontecimientos futuros y, al mismo tiempo, podría surgir el gafe contra la felicidad una vez casados. Esto sigue creyéndose, así que el novio solo puede ver a su prometida llegando al altar o al lugar elegido para la boda.
¿Eres supersticioso?
Son muchas supersticiones las que nos hacen movernos en la vida o, en su caso, quedarnos congelados por miedo a una desgracia. Seguramente tú tienes alguna que cuides de manera constante.
Esto significa que no has dejado de creer en la magia que nos rodea.
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