Mucho se ha hablado de este personaje bíblico que acompañó a Jesús y a sus apóstoles. En el contexto histórico particular de la Antigüedad se la calificó como una prostituta que, arrepentida de sus pecados, adopta las enseñanzas del Mesías. Sin embargo, María Magdalena en su historia real puede ser más interesante y compleja.
Historia real de María Magdalena
Origen de María Magdalena
Desde los años setenta del siglo pasado se han venido realizando excavaciones en lo que fue el antiguo poblado de Magdala, lugar de nacimiento de María Magdalena. Al día de hoy se llama Migdal y está ubicado en Israel.
Se trata de un yacimiento de más de 2000 años de antigüedad, en el que se han encontrado edificaciones importantes, como una sinagoga, baños, un puerto y casas particulares. Aún queda mucho por descubrir, pues apenas se ha explorado el 15 %. Al parecer, era una población próspera, pues se dedicaba a la comercialización del pescado del lago Tiberíades. Por lo tanto, es posible que María Magdalena en su historia real fuera una mujer de buena posición.
Evolución de la Iglesia
Con la desaparición física de Jesucristo, varios grupos con distintas concepciones proliferaron. Había facciones más inclinadas a los dogmas del Judaísmo, otras eran más proclives a la cultura helénica y asumían estas creencias. Fueron tendencias que obtuvieron cierto prestigio al inicio de la Cristiandad, pero, finalmente, quienes se impusieron fueron los protoortodoxos.
Debes saber que de los varios evangelios que fueron escritos para plasmar la prédica oral de los apóstoles, los de San Juan, San Lucas, San Mateo y San Marcos son los llamados canónicos, aceptados por la actual Iglesia católica. En ellos se menciona a esta mujer como persona presente en la crucifixión y en el acto de sepultura de Jesucristo. También se refieren a ella para señalar que acompañó al Mesías y sus apóstoles en Galilea y se ocupó de las previsiones materiales. Por último, fue testigo ocular de la resurrección.
Otros escritos, como los de Tomás y Felipe, fueron considerados apócrifos. Existen, inclusive, dos fragmentos de lo que se considera el evangelio de María Magdalena, llamado también el Cuarto Evangelio. En estos textos se señala su nexo con Jesús y su relación de compañera, muy cercana, lo que le daba un liderazgo particular entre los apóstoles.
Como suele suceder, el predominio de los ortodoxos hizo que todo lo que fuera distinto, como es el caso de estos evangelios, fuera considerado herético. María Magdalena y su historia real pasaron a un plano muy relegado y ella fue descalificada por la corriente dominante de la Iglesia.
¿Prostituta, enferma, endemoniada?
¿Sabías que en los tiempos de Jesús, las curaciones que este realizaba se interpretaban siempre como expulsiones de demonios? La razón es que cualquier enfermedad era considerada, en estas culturas antiguas, una consecuencia de la presencia de espíritus malignos en la persona afectada.
El Papa Gregorio I fue uno de quienes pensaron que esta mujer podía ser una gran pecadora. En su homilía 33 hace una fusión de tres mujeres en una sola: la adúltera rescatada por Jesús de la lapidación, María de Betania, mujer de mala reputación, y María Magdalena. Esto sucedió en el año 591 y desde entonces la creencia se hizo popular. El Papa afirmó que la expulsión de siete demonios de su cuerpo no podía ser otra cosa sino la purificación de sus muchos vicios.
Otra fuente para la creencia de que esta mujer fue prostituta es el Talmud, donde se menciona a una Míriam Megaddlela. La traducción es María con cabello trenzado, señal entre los judíos de la época de ser de vida licenciosa. También se piensa que durante los primeros siglos de la Cristiandad se estableció un paralelismo entre esta mujer y Eva. Ambas pecadoras, las dos proclives a la concupiscencia y, sin embargo, rescatadas de sus faltas por Jesús y su sacrificio.
Quién es hoy
Durante la Edad Media esta mujer fue venerada y se la consideró milagrosa. Cuentan algunas leyendas que llegó hasta Francia, donde se dedicó a predicar. Estas creencias han continuado en la actualidad, pues tanto la iglesia católica como la anglicana y la ortodoxa la consideran santa y se le han dedicado varios templos.
El Papa Juan Pablo II se refirió a ella como Apóstol de Apóstoles, apostola apostolurum, en la carta Mulieris Dignitatem de 1988. El Papa Francisco ha sido más activo en la reivindicación de la imagen de María Magdalena. Por su expreso deseo ante la Pontificia Congregación para el Culto Divino, esta santa tiene ahora su fiesta en el Calendario Romano General, y desde 2016 se celebra esta fiesta litúrgica el 22 de julio.
Así, esta mujer que fue señalada como adúltera, prostituta, pecadora y endemoniada, con una imagen de pecadora arrepentida y eternamente sollozante, es ahora venerada con su fiesta y sus templos consagrados. Como imaginabas, María Magdalena en su historia real es uno de los personajes más misteriosos y complejos de la Biblia, y el análisis de sus hechos constituye una empresa fascinante.
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